martes, 4 de octubre de 2011

Bajo la lluvia

Quiero comenzar éste blog, con un relato, es de mi autoria.

Un viernes por la tarde después de la escuela Javier, se estaba ya despidiendo de sus amigos y amigas para ir ya a casa. Ya se había despedido de todos, ya estaba en camino, cuando de pronto; - Javier, Javier, Javier!!! … - le gritaba una amiga suya que fue la única de quien no se despidió. El pensó que le iba a reclamar por no haberse despedido, por lo que regreso con ella.
-       Oye porqué no volteas te estoy gritando –
-       Perdóname vengo pensando en otras cosas, discúlpame es que no te vi por eso no me … -
-       Espera, espera, ya se que no me quieres por eso no te despides de mi, (ella comenzó a reír) –
Pero por lo que su amiga Laura le había pedido que regresara, era porque lo estaba invitando a una fiesta.
Javier acepto pues no tenia planes para ese viernes, además hacía ya mucho que no salía. Por lo que Laura ofreció a pasar por él a las 7 de la noche.
Javier se alisto para la llegada de su amiga, pronto el tiempo paso como si el aire mismo se lo llevar con su velocidad natural.
Estaba dando sus últimos detalles en su arreglo, cuando de pronto sonó un clacsun, se le hizo raro, por lo que se asomo desde su ventana y se dio cuenta del auto que estaba frente a su casa.
De inmediato él se apuro y bajo corriendo. – mamá, mamá, dónde estas?  -
Javier se despidió de su mamá.
Salió corriendo y saludo a Laura, de lejos hecho un vistazo al interior del auto y alcanzo a ver a dos amigas suyas una con su novio y la otra con su primo, y del conductor un hombre desconocido para él.
Javier y Laura iban al frente como copilotos. En el camino rieron y hablaron, pero hubo un momento en que cada cual hablaba con su pareja Mariana con su primo, Gabriela con su novio, mientras que el conductor y sus compañeros estaban en silencio. Javier  codeo a Laura y al verse a la cara éste le guiño el ojo, ella por su parte con su cabeza dio un no.
Al llegar a la fiesta, había algo de gente, pero se veía que no era imposible entrar. Laura de inmediato, presento a Javier con Daniel.
-       Mira Javier él es mi amigo desde la secundaria, se llama Daniel –
Ellos se saludaron y entraron a la fiesta.
Ya estando dentro comenzaron a reir y medio bailar, unas con pena y otras desinhibidas. Pero todos estaban muy alegres y entre risas, sorbos de cerveza, voces altas y mucha música, Daniel veía Javier constantemente, le mandaba unas miradas cortas, pero intensas, eran como si Daniel estuviera sosteniendo una conversación con él, mediante los ojos. Javier ya se había dado cuenta, pero el suponía que sólo quería hablarle, por lo que se acerco y hablaron de todo un poco, ahora ellos también reían de cualquier comentario chistoso o absurdo que alguno de los dos hacía.
Mariana y su primo comenzaron a bailar, Gabriela y su novio no se quedaron atrás y a Laura la saco a bailar un chavo que desde que la vio no dejo de sonreirle y ella tampoco a él. Por lo que Javier y Daniel se quedaron solos un rato.
-       Oye Javier me caes muy bien, no te molestas si te pido tu teléfono y tu correo electrónico –
En ese preciso momento Javier se dio cuenta que Daniel estaba siendo algo más que amistoso. Javier no se quiso emocionar porque ya había pasado malas experiencias así que mejor decidió tomar las cosas con calma, pero accedió.
-       Si claro, no me molesta –
La noche transcurrió con muchas,  risas, bromas, bailes, roses de manos, y miradas llenas de palabras de amor que al decirlas sólo el aire las escuchaba, por que la boca de Daniel no podía abrirse.
Al otro día todo pasaba tan normal, cada uno de esos amigos que había ido al antro no hacían mas que vivir el día lo mejor posible. Pero Daniel se había quedado con ganas de llegar más allá, por lo que no soporto más y cerca de las nueve de la noche.
-       Bueno! – Javier menciono, pero Daniel no pudo decir nada, no sabía cómo justificar su llamada. Así que decidió colgar y Javier al no reconocer la llamada pues intento volver a dormir.
Pasaron dos días más y ni uno de los dos supo del otro. Para ese tiempo Laura festejaba un año más, por lo que decidió hacer una buena fiesta, con muchos amigos y amigas.
Ya habían llegado varios amigos entre ellos Javier quién ya disfrutaba de la fiesta, cuando de pronto vio a lo lejos la llegada de Daniel, no lo podía creer, se veía muy bien no sabía por que no había notado esos ojos color miel. Pero hubo una sorpresa mayor, había llegado acompañado por una mujer muy hermosa. Decidió entonces sólo saludarlo y no voltear a verlo más, como sucedió en el antro.
Ya habían pasado varias horas después de ese tibio saludo que se dieron Daniel y Javier, y los invitados ya comenzaban a irse poco a poco, y el turno de irse era ya el de Javier, así que comenzó a despedirse, y cuando lo hizo de Daniel, este le pidió que hablaran que tenia algo que decirle, Javier por apariencia acepto cordialmente y sin poner peros, pero por dentro no quería saber nada de él, sabía que no debía de hacerse ilusiones.
-       Oye! Porqué no me hablaste en toda la noche? –
-       A pues no quería molestarte junto a tu novia –
-       Jajajajaja, no es posible, piensas que ella es mi novia –
En ese momento Javier no sabía que decir, no sabía si con su comentario se había delatado frente a un hombre que simplemente con una vez que se vieron se había emocionado, contando que él mismo se había hecho prometer que no se volvería a ilusionar con el primero que pasara. Enmudeció y nada más agacho la mirada.
Daniel por su parte lo miro y con emoción.
-       Contéstame, dime, estas celoso? –
-       Perdón, me comporte cómo un tonto ni yo mismo sé porqué me puse así, te pido una disculpa, pero dime que me querías decir –
Daniel lo miro a los ojos, y observo un grado de tristeza, se imaginaba el motivo. Y Javier sólo espero la respuesta de él con una sonrisa fingida.
Daniel lo jalo del brazo y lo acerco más a él, lo tomo con sus dos manos temblorosas, sintiendo lo suave de su piel. Mientras que a Javier le latía el corazón con mucha rapidez y sintió algo de miedo y cuando menos lo espero, Daniel le planto un beso.
El tiempo para ambos se detuvo, se encontraban solos totalmente, sus cuerpos se calentaron por esa chispa de amor cálido que entraba por la boca, sus manos se descontrolaron y las de Javier acariciaban ese cabello brillante que todos los hombres envidiaban mientras que las de Daniel tocaban la anatomía de la espalada de Javier. La noche se ilumino frente a ellos por que la luna se poso cómo única testigo de la noche, del comienzo de un posible amor y que era inaugurado con un beso, al abrir ambos sus ojos, las estrellas les regalaron un brillo a los ajos de ambos, un brillo que sólo ellas tienes. Pero para ese preciso momento Javier salió corriendo y no dijo ni un adiós, mientras que Daniel sólo saboreo el sabor de sus labios.
Daniel se quedo sorprendido por la reacción que tuvo Javier, no lo entendió.
Pasó un par de días y no se veían.
Javier no supo como responder, no sabía si realmente podía confiar en una persona que apenas había conocido, pero tampoco quería morir sin haber amado verdaderamente. Por lo que trato de aclarar sus ideas yendo a Coyoacán.
Estando ahí, pudo observar a varias parejas juntas, besándose, tocándose, amándose frente a los demás si importarles nada, pero para él sería distinto ya que ese amor que estaba sintiendo no sería posible demostrarlo, pero otra parte de él le decía; y porqué no?. Verdaderamente no sabía que  hacer.
Paso mucho tiempo estando solo ya casi obscurecía, el cielo ya se estaba nublando y el seguía ahí, solo y sus ideas que jugaban con su mente en cada instante en el que pensaba en Daniel.
Comenzó a caminar para ya irse de ahí, pero por detrás de él se apareció Daniel, Javier no lo vio.
Daniel comenzó a gritarle a Javier, este volteo lo vio y se hecho a correr, y detrás de él Daniel.
Daniel lo alcanzo, lo tomo del brazo y lo jalo hacia una calle donde no había mucha gente y estando ambos agitados y sin poder respirar.
-       Me puedes decir porqué no me quieres ver –
-       No… - Javier no sabía que decir.
-       Déjate amar por favor yo quiero amarte – Al decir esto Daniel, Javier enmudeció aun más y se le quedo mirando –
-       Dime porqué te escondes del amor –
-       No puedo creer que esa sensación que siempre soñé tener dentro de mi ahora la estoy viviendo y tengo miedo  de … -
-       No tienes que tener miedo sólo déjate llevar y que la vida misma decida – Javier comenzó  a llorar y en ese mismo momento parecía que el cielo lloraba con él pues comenzó a llover.
-       Déjame amarte, déjame hacerte feliz, deja que nuestro amor surja –
Javier nunca contesto, pero Daniel no lo dejo salir de esa cárcel que había formado con sus brazos, llego el momento en que se  harto y bajo la lluvia lo abrazo fuertemente y en ese preciso momento Javier supo que debía darse una oportunidad. Por lo que alejó sus brazos de su cuerpo y tomo a Daniel de la cara.
-       Si quiero –
Dicho esto lo beso fuertemente y no lo soltó mientras la lluvia caía en sus cuerpos que se había juntado para decirse todo aquello que no se habían dicho por la presencia de otros, mientras las gotas de agua recorrían ambas bocas que en ese preciso momento se había convertido en una sola.

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